A pesar de cierto vacío legal en torno a las carretillas elevadoras, PEMP, etc, existe una normativa que regula su actuación en el ámbito laboral. Además de una correcta interpretación y seguimiento de la misma, los operadores de maquinaria tendríamos que entender, que en la mayoría de las ocasiones bastaría con aplicar un poco de sentido común para evitar una buena parte de los accidentes e incidentes que se producen. Es necesario concienciarnos de que el conocimiento a través de la formación, nos lleva a la experiencia y esta acaba desterrando de nuestros hábitos las malas prácticas laborales y cualquier conato de imprudencia, la peor aliada en nuestro trabajo.

Jesús Presa

Formador Certificado AENOR 01/009 Maquinaria Elevación NORMA UNE 58.451

Certificado de profesionalidad como Formador Ocupacional RD 1646/1997 con clave de registro 12/11/00007670/SSCF10

Formación y perfil profesional en cumplimiento del apartado 4.4 UNE 58.923 Requisitos de Instructor.

http://www.infolancer.net/freelance/Jesus_Presa_Vaqueiro/de6lww7i6uqz09zb1la

El actuar con sentido común según el momento es la mejor sabiduría y la mejor filosofía.

Horace Walpole

jueves, 16 de octubre de 2014

Veinte millones en ayudas para cursillos, bajo sospecha de fraude

Hoy me he levantado a las siete de la mañana para comenzar un curso en una empresa del sector naval para maquinaria. Acabé mi jornada a las cinco con una hora para comer y después de una ducha rápida, he ido a clases particulares de matemáticas y enseguida he salido para asistir a las clases nocturnas en régimen de adultos de un ciclo superior.  Esta profesión lo demanda; hay que estar formados para formar con solvencia. Durante la hora de que dispuse para comer leí apresuradamente el periódico y un titular llamó mi atención:Veinte millones de euros de presunto fraude en la formación en Galicia con siete altos cargos implicados. En el aula y después durante la formación práctica, en mi fuero interno no dejaba de pensar en la credibilidad de lo que hacemos y posiblemente los asistentes al curso también lo hiciesen. Algunos de ellos habían interrumpido sus vacaciones para asistir a dicho curso. A pesar de mis dudas pasajeras, yo lo tengo claro. La formación es necesaria y debe ser un campo en el que sus planteamientos y gestión estén libres de cualquier género de duda. Algunos, sin embargo, no parece que compartan esta premisa. Son los mismos facinerosos sinvergüenzas de turno que dejan en el peor de los lugares un cometido tan sagrado. Este sector, cualquier sector, no se merece estar representado por esta gentuza que mercadea en su propio beneficio con un bien común que debe redundar en beneficio de todos. Es la moneda de curso en estos tiempos vigentes. Los de abajo trabajamos y aportamos nuestra humilde contribución a la mejora de la sociedad, otros, cada vez más numerosos en número e intenciones, se dedican a desbaratar con su latrocinio todo lo que, si alguna vez fue serio, comienza a estar bajo sospecha. Alguien debería poner coto a este estado de cosas.

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