Si desde esta tribuna decimos que en algunos procesos de
producción pertenecientes a Multinacionales o Empresas con una impecable imagen
corporativa, los viernes en los turnos de noche, se celebran “botellones”, más de uno podría
pensar: A este bloguero se le ha ido la cabeza; y lo cierto es que cualquiera
que piense de esta guisa demuestra tener buen juicio porque la idea por
insensata no parece creíble. Sin embargo la realidad, que supera siempre a la
ficción, nos dice lo contrario. Quien firmará a su termino esta reflexión, ha
sido testigo pasivo de estas situaciones en las que apurando un poco la jornada
y dilatando otro poco el tiempo de bocadillo, se podía llevar a cabo dicha
celebración. Esto, que podría ser una anécdota, adopta sin embargo una lectura
más profunda que tiene mucho que ver con la inquietante presencia de las drogas
(incluimos el alcohol) dentro de la Empresa. Existe una anormal permisividad
dentro del colectivo laboral -excluimos órganos de decisión de la Empresa-ante
este tipo de situaciones. El grupo de trabajo no recrimina al compañero ebrio,
al que se trae el cannabis prefabricado de
casa (liado), al que esnifa cocaína en el baño o a veces entre estanterías o
dinamicos. El encargado en muchas ocasiones ve para otro lado aunque conoce
perfectamente el perfil de todos los que trabajan bajo su supervisión porque la
comunicación de tales actitudes y hechos, a tenor del artículo 62 del Código Sustantivo
del Trabajo, significaría el despido de esa persona. Son numerosos los casos en
los que la actitud negligente de un trabajador que consume poniendo en peligro
su integridad y la de los que le rodean, es vox populi en la planta de
producción y un velado secreto para los departamentos de recursos humanos y de
PRL. Cuando con estas circunstancias concurren otras como la presencia o manejo de maquinaria, el binomio es potencialmente peligroso. Es absolutamente necesario un cambio en la mentalidad laboral y que nos impongamos una ferrea labor de conciencia en la direccion de erradicar y condenar sin paliativos la presencia de drogas en el ambito laboral. Recuerdo
que tras una temporada en Suiza y de regreso a España, durante algunos días me pareció
irritante la costumbre de tirar papeles y colillas al suelo. Al cabo de algunos
meses deje de censurar esas actitudes. Tenemos esa capacidad de acostumbrarnos a lo bueno y a lo malo. Explotemos la primera.
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